domingo, julio 7

Solo se vive una vez 11.

Solo se vive una vez.

Capitulo 11.

Como el capitulo anterior Ha sido algo corto. Sigo escribiendo. Aunque sin acostumbrarse. Espero que hos guste.


Adriana sale del baño. Simplemente se ha hecho la raya para resaltar sus preciosos ojos azules. Y empieza a maquillarme a mi. Raya azul, fina capa de colorete y listo. 

- Canta algo - dice poniendo cara de ¿cachorrito? Sea lo que sea me hace mucha gracia.
- Claro - le sonrío.

Cojo la preciosa guitarra de mi padre. Esa guitarra tan especial. Especial porque de pequeña escribí un mensaje especial en el. 'Cada una de las notas que toques, tócalas con el corazón.' Mi padre siempre decía eso, así que un día lo escribí. 

Empiezo a cantar y ella me sigue, las dos cantando  unísono.

Standing in the hall of fame 
And the world's gonna know your name 
Cause you burn with the brightest flame 
And the world's gonna know your name 
And you'll be on the walls of the hall of fame 

You could go the distance 
You could run the mile 
You could walk straight through hell with a smile 


Sonamos bastante bien. 

- No quiero parecer arrogante, pero sonamos bastante bien - digo sonriente.
- Dirás que tu suenas bien - se queja con una triste sonrisa.
- Sonamos bien, juntas.
 
Cojo mi cámara de fotos. Un reflex, una canon, para ser exactos. Y le saco una foto a la chica Timblr gritando '¡Despree!'

Ella sonríe y me quita la cámara.  Nos haces fotos con todas las muecas posibles.

- ¡Ahora una levantando las cejas! - exclama Adriana.

Ahí empezaron las risas, en vez de levantar las dos cejas hago una mueca de lo más extraña.  Nos reímos,  mucho. 
Cuando una paraba de reír la otra comenzaba. 

Seguimos riéndonos y haciéndonos fotos hasta que un frenazo nos interrumpe. Subo las persianas y veo un deportivo negro. El deportivo de Simón. Solo lo usa para fardar, todo el mundo sabe que vive en esta misma urbanización. 

- Chica Tumblr, los invitados están llegando.
- ¿Chica Tumblr? - pregunta mientras deja la cámara sobre mi escritorio. 
- Tu nuevo mote.

Bajamos riendo. Esta si que es Adriana. Llegamos algo tarde, la fiesta debió empezar hace media hora aproximadamente porque ya se ve a gente vomitando en el jardín.

- BUH - grita alguien tapándome los ojos. 
- Victoria, se que eres tu.
- ¿Como lo has sabido? - dice moviendo mucho los brazos, sin la fluidez de todos los días. 
- ¿Ya has bebido? ¿Tan pronto? - pregunto preocupada. Victoria tiene problemas con el alcohol.

Sin responderme se va con unos chicos a los que o había visto en mi vida. Ruedo los ojos y entro a la casa.

El olor dulzón del alcohol derramado por el suelo y el olor amargo y fétido a vómito inundan mi nariz. De momento es un desfase, ya veremos si llega a apocalíptico. 

Sandra, mi ex-mejor amiga me mira con asco dada de la mano de Simón.

- Si hubiese sabido que tal escoria había sido invitada, no habría venido. - dice lo suficientemente alto para que lo oiga.
- Tienes dos piernas y si no me equivoco funcionan. - le susurro al oído- Asi que puedes irte -esto último lo digo más alto.

Me voy, taconeando, bien fuerte, hacia donde están las bebidas.

- Ese odio que te tiene Sandra ¿a que viene? - me pregunta una voz. Una voz que reconozco enseguida.
- No lo se. - digo girándome y quedándome a pocos centímetros de la cara de Iván. - Simplemente me odia.
- ¿Como tu a mi? - pregunta mirándome a los ojos.
- No es que  odie - me alejo de el. - Simplemente, no me gustas.

Iván ríe,  el también ha debido beber porque al instante vomita. Ya sabia yo que servir alcohol en la fiesta iba a ser catastrófico. 

- El baño está en ese pasillo - digo indicando el lugar.- primera puerta a la derecha.

Sin decir palabra palabra se va. Me sirvo un vaso de Coca-Cola y cojo un bote de Pringles olvidado. Satisfecha con mi botín me dirijo al baño.

La puerta del baño está abierta y me apoyo en el marco de la puerta. Agito el bote para que Iván, que está apoyado en el váter,  se percate de mi presencia.

Le doy el vaso y el bote, no sin antes coger seis patatas y salgo del baño en el cual, por el olor, intuyo que han pasado muchas personas.
 
Me encuentro con Mike, al menos el no huele a alcohol. No debe haber bebido. Seguramente se ocupará de llevar a Vitoria a su casa.

- Hola - me saluda sonriente.
- ¿Que hay Mike?
- Disfrutando de la fiesta - dice mas dudoso que afirmando.
- ¿Vienes a la piscina? - le pregunto.
 
Me agarra del brazo y vamos  la piscina coordinando nuestros pasos. Llegamos a la piscina y nos sentamos en una tumbona.

- ¿Conoces al dueño de la casa?
- ¿Como no lo voy a conocer? Es mi vecino- le digo sacando a lengua. 
- Era vidente - susurra - ¿Quien es?
- A ver... - miro a los lados y lo veo en bañador en la parte opuesta a la piscina en la que estamos hablando con unos chicos. - Ese de ahi - lo señalo con el dedo.
- ¿El que que viene hacia aquí? 

Miro al frente, me ha debido ver señalarlo.

- ¡Hey princesa! ¿Quien es ese? - pregunta al fijarse en Mike.
- Ese, es Mike - respondo con una tranquilidad alarmante. Apesta a alcohol.
- Pues deja a Mike y ven a nadar conmigo -  dice tambaleante.

Sin dejar que le responda me agarra de la cintura y me sube a sus hombros como si ese un saco de patatas. Le pego puñetazos en la espalda que el no parece sentir.

- Alejandro, sueltame. - le grito - Te juro por Dios que como me moje te mato.

El estaba demasiado borracho cómo para escucharme. Resbala y caemos los dos a la piscina. Yo subo enseguida a la superficie, pero Alejandro no emerge del agua. Busco a todos lados y no lo veo. 

- Se esta ahogando - grita alguien.
 
Me sumerjo bajo el agua, lo encuentro y lo agarro. Lo llevo hacia el bordillo y compruebo si respira. No lo hace. No respira. 

- Alex - le grito mientras le pego bofetadas- Por el mor  Dios, responde.

 





Solo se vive una vez 10.

Solo se vive una vez.

Capitulo 10.

Aunque nadie la lea, aquí sigo escribiendo la maldita novela. Me he quedado sin ideas, tengo como me suele decir mi hermana, la imaginación en bancarrota,  osea, que si tenéis alguna idea para la novela decírmelo por tuenti o por aquí mismo.


Suspiro y vuelvo a suspirar. Este asunto de la fiesta me trae de cabeza. Es una malísima idea y seguro que le traerá problemas a  Alejandro. 

Además en la fiesta habrá gente que no conozco de nada, amigos de Adriana. Pero lo que mas me preocupa es que aparecerán los populares ricachones, y eso no me gusta ni un pelo. 

- ¿Están preparadas las bebidas? - pregunta alguien en un susurro que me provoca un escalofrío. 
- Creo -digo dudosa- que con tres botellas de dos litros de Coca-Cola y dos de 7up que habían en mi despensa es suficiente.
- Mejor que sobre, antes de que falte - comenta la chica Tumblr.
- ¿Y el alcohol? -pregunta Alejandro 

No se que se espera este chaval. Pretende montar una fiesta en unas horas, llena de adolescentes con las hormonas disparadas, sin el permiso de sus padres y además con alcohol. Como diría Simón, sería un desfase. Pero desfase tipo apocalipsis.

- Ya me encargo yo del alcohol -se ofrece Adriana, cosa que me hace intentar elevar sin éxito las cejas.
- ¿Vas a estornudar? -me pregunta Alejandro. Me debió ver intentando hacer el gesto.

Me sonrojo y niego rápidamente la cabeza causándome un leve mareo. He debido haber puesto una cara extraña. El me sonríe. Sonríe con la boca, no con los ojos. Es una sonrisa falsa. ¿Por que sonríe tan falsamente? 

- Tengo que ir a mi casa por la ropa para la fiesta - dice apenada Adriana. - Está bastante lejos, así que tendré que irme ya.
- No hace falta - la intento convencer - Tengo muchos vestidos, nunca me los suelo poner. Pero ahí están.
- ¡Genial! - exclama dando saltitos y aplaudiendo exageradamente rápido. 

Adriana cada vez me está sorprendiendo más, nunca me la imaginé así. Pensaba que era más seria. Puede que el hecho de que Alejandro esté aquí la cambia.

  Terminamos organizar la fiesta. Aparecen sobre la mesa bebidas alcohólicas, no se de donde han salido y Alejandro bajo del segundo piso un portátil y dos altavoces. Creo que ya esta todo perfecto asi que voy a mi casa seguida de Adriana.

Entramos en casa y nos separamos. La chica Tumblr sube a mi habitación y yo me dirijo a la cocina para pedirle a mi madre si puedo ir a la fiesta.

Tras un largo interrogatorio, en el que varias veces tuve que mentir, con preguntas cómo: ¿Quien la organiza? ¿Donde es? ¿Habrá alcohol? ¿Tiene permiso para usar la casa?

A mi madre no parece preocuparle que un montón de adolescentes salidos estén de fiesta en la casa de al lado.

- Mamá ¿tienes algo que decirme? - le pregunto. - No te preocupa para nada  que haya una fiesta en casa de los vecinos.
- Voy - responde nerviosa -. Voy con tu hermano al centro de desintoxicación no volveremos hasta dentro de tres días. 
- ¿Cuando esperabas decirme que hos ibais y me dejabais sola? - digo manteniendo una calma alarmante.
- Pense que te alegrarías a estar unos dias sola - interviene Marcos.

No ne puedo enfadar. Es el sueño de todo adolescente. Estar solo en casa sin vigilancia. Los sonrío y subo a la habitación,  donde está esperándome Adriana sentada en  cama. 

Cierro las persianas y enciendo la luz. No quiero que Alejandro nos vea cambiarnos.

Abro mi armario y dejo que elija lo que quiera ponerse. Ella mira boquiabierta mi gran armario y recorre con la mirada todas las prendas. Al final se decanta por un vestido cortisimo que yo no me pondría en mi vida. 

Mientras ella se cambia elijo un vestido sencillo, algo corto y para mi gusto precioso. Una vez cambiadas corro a el vestidor de mi madre, que esta lleno de zapatos de tacón. Para mi con los mas unos botines y para mi amiga los zapatos con el tacón mas alto que encuentro. 

- Son perfectos -. Susurra Adriana. Las unicas palabras que ha pronunciado desde que llegué de hablar con mi madre.

Perfectos, como ella. 
Adriana entra a baño al baño a maquillarse. Una vez cerrada la puerta suspiro. Nunca me imagine a Adriana, la chica que fuma en frente del Instituto,  como una chica tan coqueta. Jamás.

Esta fiesta me sigue pareciendo una pésima idea.